Más reales, menos perfectos

Más reales, menos perfectos

Equivocadamente a muchos desde niños se les enseña que para ser perfectos tienen que encajar en la simetría de las medidas de un modelo de pasarela o las de un deportista famoso y destacado, la obsesión por ser perfectos solo desencadena graves problemas psicológicos como depresión, ansiedad, ideación suicida, etc., así como también enfermedades agresivas como la bulimia o la anorexia.

Lo que necesitas hacer es un cambio de mentalidad, no para estar delgado o perfecto, si no para estar sano y fuerte, este cambio tiene que empezar por ti y para ti, nunca cambies o hagas nada para gustarle a la sociedad, ése es un falso cambio que no mereces, tu mereces cambiar tu vida porque tu quieres, no por lo que los demás opinen, evalúa bien tu intención y propósito antes de empezar cualquier cambio en tu vida.

No sigas generando una dependencia o apego emocional a lo que la sociedad decida que esté de moda hoy, no atentes contra tu amor propio por alcanzar la aprobación externa, tienes que entender que independientemente de lo que el mundo diga y piense, tu eres el dueño de tu vida y si vas a cambiar algo, cambia porque tu así lo quieres y por las razones correctas.

Claves para superar la ruptura de pareja

Claves para superar la ruptura de pareja

Como consecuencia de esta, se desencadena un proceso de duelo, con sus fases típicas que hay que elaborar y superar, las fases del duelo, son la negación, la ira o enfado, la negociación, la depresión, y la aceptación, estas etapas no se desarrollan de forma secuencial y ordenada, sino que se pueden entender como un modelo de gestión del dolor y de la pérdida por el que cada persona va transitando.

Para suavizar las consecuencias negativas de la ruptura, lo primero es fortalecer hábitos y rutinas saludables; es un principio básico pero absolutamente fundamental cuidar la alimentación y el descanso, y hacer algo de actividad física, lo siguiente podría ser poner en orden las prioridades sin dejar de lado lo que necesitas tú y lo que es verdaderamente importante para ti, es el momento de dedicarte un tiempo y plantear cosas que quedaron relegadas para otro momento.

Vuelve a definirte como persona, evita aislarte y alimentar sentimientos de soledad y abandono, aprende a confiar más en ti, a darte cuenta de que tú eres para ti la persona más fiable.

Recalcular nuestra realidad

Recalcular nuestra realidad

Desde hace algunos meses hemos estado viendo una “realidad alterna” que nunca imaginamos. Al principio del confinamiento, pesábamos que existía una fecha de caducidad para el encierro. Si bien muchas personas descubrieron trastornos emocionales como ansiedad y depresión que antes no padecían, otros encontraron un oasis de tranquilidad en su ajetreada rutina. Algunos se han dado la oportunidad de hacer profundas introspecciones,  sanando aspectos de su ser, culminando proyectos pendientes o descubriendo nuevas habilidades. Pensábamos que iba a ser un espacio temporal, y que fácilmente podríamos retomar la prisa, el tráfico y el excesivo gasto económico. Pero no es así. Y no sabemos hasta cuándo continuaremos así.

Ante estas circunstancias, la incertidumbre funciona como gasolina para hoguera que ha permanecido encendida dentro de casa, nublando las relaciones familiares con el humo o dejando consumir por el fuego parte de nuestra salud mental. Pero ya es momento de dejar de esperar un retorno a “la vida de antes”. Si logramos aceptar que aun no existe el plazo de vencimiento para la “nueve normalidad”, entonces la incertidumbre dejará de existir, puesto que nuestra energía estará en crear una nueva rutina con las posibilidades que tenemos, y no con las que añoramos.

El presente se determina en “antes de la pandemia” y en el “ahorita”, que rechaza la idea de que esta etapa será permanente, además de que desenmascara la expectativa de volver pronto al “antes”, aunque cada vez se disemina más lejano. Asumir el “ahorita” nos obliga a replantear la cotidianeidad y nuestro quehacer diario, ya que estamos inhabilitados para ser la persona que realizaba las tareas que nos conformaban como seres humanos. Es decir, si antes del confinamiento para alguien representaba parte de su identidad viajar o competir en algún deporte, ahora ese rutina resulta inalcanzable. Entonces, es válido cuestionar nuestra propia identidad, conformada a partir de lo que disfrutamos hacer, los planes que deseamos y el obstáculo que no podemos sacar.

En tanto las acciones que realizábamos eran parte de nuestra constitución como personas, y ahora carecemos de ellas, es válido sentirnos deseamparados, y sin entender hacia qué dirección debemos dirigirnos, puesto que nuestra identidad está sin objetivos. Al ser incapaces de afrontar el sin destino, podemos sentir ansiedad o incluso tristeza profunda. Ante estas circunstancias lo más recomendable es visitar a un psicólogo que nos ayude a encontrar de nuevo una dirección para que nuestra identidad pueda consolidarse de nuevo.

Superar un duelo

Superar un duelo

Una pérdida, en cualquiera de sus representaciones, ya sea la de una pareja, el fallecimiento de un ser querido, un cambio importante de trabajo o vivienda, así como alejarnos de lo que amamos y a lo que estamos acostumbrados puede dejar una sensación de vacío, que pensamos es imposible de curar. Incluso los cambios radicales, los no esperados ni deseados representan una pérdida en nuestra vida. El sentimiento que despierta esta falta se apodera de nuestro ser, está acompañado por una tristeza profunda y mucha desesperanza, nos hace pensar que nunca seremos capaces de recuperarnos. Ante este conjunto de emociones podemos saber que estamos atravesando por un duelo.

Una vez que somos capaces de reconocer que algo falta, que ya no está en ese lugar lo que tanto queríamos, que la pérdida será irremplazable, es normal enfrentarnos a una tormenta de sentimientos difíciles de descifrar. Después de entender que negar la pérdida no puede seguir siendo nuestra realidad, es común tratar de sustituir esta falta con algo similar, que parezca que llena el vacío. Incluso, somos capaces de encontrar características que no existen, ya que podríamos no tolerar el dolor que esta situación provoca. Quedarse en esta posición impedirá atravesar el duelo, y únicamente buscaremos sustitutos y repetiremos patrones que nos impidan avanzar.

La doctora Elisabeth Kübler-Ross, sobreviviente de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, enfocó sus habilidades interpersonales para entender las etapas del duelo de los prisioneros de los campos. Ella definió cinco etapas del duelo:

Negación: Es la primera etapa del duelo en el que la persona se cuestiona la veracidad de la pérdida.
Ira: La ira resulta como una expresión de un sentimiento más profundo, como si fuera la máscara de otra emoción. Se expresa de diferentes maneras, y es necesario para encontrar la fortaleza.
Negociación: Esta estaba consiste en tratar de encontrar “el lado positivo” de la pérdida, de pensar que podría ser la solución a algún conflicto.

Depresión: Es en este momento que la tristeza se expresa en todas las formas, y puede resultar un proceso doloroso, pero es la única manera de cruzar a la siguiente etapa;
Aceptación o rechazo: Llegados a este punto es posible comenzar a vivir con la pérdida, ya que se admite que no es posible recuperar y que no hay otra alternativa. Así, se establece contacto con la realidad, permitiendo experimentar nuevas sensaciones a pesar de reconocer la falta.

Cada persona tiene un proceso diferente de duelo en cuanto a la temporalidad y a la manera de expresarlo, y a cada quien le detonan distintas pérdidas estas etapas; pero es necesario comprender que una pérdida tiene un proceso de duelo que debe atravesarse, ya que no se supera la falta. Es normal sentir que esta transición no acabará, y para ello existen especialistas que pueden apoyar con el avance de las etapas hasta encontrar paz. Una perdida no se supera, se aprende a vivir con ella.

¿Qué es la neurosis?

¿Qué es la neurosis?

Esto significa que los sentimientos o emociones negativas se experimentan con una intensidad y frecuencia mayores que otras personas, ansiedad, depresión, culpabilidad, agresividad, son algunos ejemplos, esto provoca que los niveles de estrés del individuo sean muy elevados, y hace que la percepción de amenaza y negatividad sea más alta de lo que es en realidad.

Quienes padecen neurosis se caracterizan por rechazar aspectos de su propia realidad interior, procuran tomar distancia de sus sentimientos, pensamientos o deseos a partir de pautas estrictas, son estrategias psicológicas que ya tienen automatizadas, que utilizan sin ser conscientes, y dificultan el control y la gestión de las emociones. 

El tratamiento a base de sesiones de psicoterapia para modificar las percepciones e interpretaciones desenfocadas que el paciente tiene sobre sí mismo suele ser el tratamiento de elección, si el nivel de gravedad de la neurosis es alto puede ser necesario combinarlo con un tratamiento farmacológico para apaciguar los síntomas agudos como la ansiedad o la depresión.