No te autodestruyas

No te autodestruyas

Toma las críticas como consejos y dales la importancia justa dependiendo de quién vengan, pon fin a las comparaciones absurdas que rondan tu mente y aprende a quererte tal y como eres, trabaja sobre tus virtudes y sobre todo, en tus defectos para convertirlos en fortalezas y no dudar nunca de ti, mucho menos visualizarte por debajo de otra persona.

No tienes porqué conformarte con ir a ese trabajo que tanto detestas y cumplir una odiosa rutina con orden religioso hasta el final de tus días, tampoco debes ser tan egoísta como para seguir con la misma pareja en una relación que hace tiempo no da para más, actúa para transformar todo lo que no te agrada en tu entorno y no descanses hasta conseguirlo, uno de los peores errores que puedes cometer es olvidarte de ti, comprométete contigo mismo, fija metas, objetivos y tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que ocurre en tu vida.

Que no se te olvide que eres importante, es más, de tu vida eres la persona más importante, toma el control, lucha por lo que quieres, cada día es una nueva oportunidad para empezar de nuevo.

¿Cómo procesamos esto?

¿Cómo procesamos esto?

La situación a la que nos enfrentamos es inédita, no hay experiencias previas de una pandemia de esta magnitud en la sociedad global en la que vivimos. ¿Qué implica esto?

Nos vimos casi de golpe y mundialmente frente a algo desconocido, cuando nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana a algo que no conocemos tratamos de darle sentido a partir de vivencias previas o interpretarlo de acuerdo a lo que puede asemejarse.

Lo cierto es que no contamos con estos conocimientos que nos sirven para explicar cómo en un mundo que se basa en la producción de buenas a primeras dejamos de producir. Nos quedamos en nuestras casas, tenemos miedo de enfermar y enfermar a los que queremos y el sin fin de efectos que esto produce.

En este sentido se ven exponenciadas las premisas del mundo en el que vivimos, el mundo de la “normalidad”. Donde trabajamos, salimos, nos ejercitamos, hacemos nuestra vida habitual fuera de nuestra casa y en ella. Donde nos llenamos de actividades, de productos que nos conducen a una cierta felicidad y muchas veces nos alejan de nosotros mismos.

Hoy y en un momento, como decíamos, inédito. Nos vemos empujados a seguir produciendo, a seguir haciendo cosas, a ocupar el tiempo y no angustiarnos.

Pregunto, ¿no sería lógico que ante algo que no conocemos y enfrentamos por primera vez sintamos angustia? Pensamos que sí, que algo de esa angustia y de ese no hacer nada debe tener lugar. Tapar lo que pasa con actividades no hace que deje de pasar. 

No es el fin de este texto angustiar a las personas, sino más bien repensar lo que estamos haciendo y para qué lo estamos haciendo. La incertidumbre está y no vamos a poder llenarla con respuestas, porque hay muy pocas y en la mayoría de los casos van cambiando, lo que se cree bueno hoy puede no serlo mañana y viceversa. Es importante dar lugar a lo que sentimos, si es angustia pues bienvenida sea. Tenemos que estar enterados que existe en nosotros la ilusión de que no debemos perder tiempo. Y desde el psicoanálisis interrogamos esa ilusión, ya que consideramos que sentarse a pensar en lo que nos pasa y en lo que sentimos muchas veces se considera una pérdida de tiempo, algo que no sirve, algo que cuesta mucho. Nuestra apuesta es poner sobre lo mesa lo que intentamos tapar con actividades, tanto en nuestra vida “normal” como en este momento que vivimos.

Si sentís que la angustia, la ansiedad es mucha y no estás pudiendo manejarla, busca la ayuda de un profesional, desde mi lugar estoy para acompañarte en ese proceso.