La observación interna

La observación interna

La gente positiva también tiene pensamientos negativos, la diferencia es que ellas vigilan para que las nubes de la negatividad no saturen sus cabezas, resulta que la mayoría de las veces no tenemos conciencia de nuestros pensamientos y cuando menos nos damos cuenta, ya estamos inmersos en alguna nube de negatividad.

La observación de los pensamientos te permite tomar las riendas de estos, te permite seleccionarlos conscientemente y superar los momentos en donde surjan pensamientos “negativos”, no en el sentido del control, sino de tomar conciencia, el simple hecho de observar nuestra mente, nos hace más fácil el proceso de lidiar con nuestros pensamientos, la luz que se enciende dentro de ti aleja las sombras. ⁣

Al estar más consciente de tus pensamientos y sentimientos podrás producir el equilibrio interno que estás buscando, incluso en los momentos más difíciles, observa tus pensamientos, sentimientos y estados de ánimo, observarse a sí mismo, es como una vela en una noche oscura que ilumina no solamente lo que está alrededor, sino también a ella misma. ⁣

Vivir en el presente

Vivir en el presente

Quedarnos encadenados al pasado o dejar que todos nuestros pensamientos se dediquen a los planes del futuro pueden ser un problema, puesto que nos impiden vivir en el aquí y en el ahora. Mientras estemos atormentados por el ayer o confundidos por el mañana nos será imposible disfrutar la vida que se nos escapa hoy de las manos.

“La vida es lo que pasa mientras hacemos planes”, satiriza John Lennon haciendo referencia a la importancia de vivir. Permanecer en el espacio que es “hoy”, pero extrañando el “ayer” y anhelando el “mañana” nos aleja de construirnos hoy, puesto que no podemos enfrentar lo que sentimos, lo que hacemos, lo que queremos.

Parte de la educación se ha enfocado en prepararnos para el futuro, que nos implica centrar nuestra energía en el día de mañana. La racionalidad nos obliga a aprender del pasado, haciendo a un lado el instante presente. Anhelamos el futuro que pueda sanar la nostalgia que sentimos por la libertad que teníamos hace algunos meses. Ello nos coloca en una temporalidad incierta, fuera de la realidad. Y lo único que provocamos es desperdiciar los instantes que conforman a la vida.

De hecho, puede haber ocasiones en las que recurrimos a experiencias del pasado o a esperanzas depositadas en el futuro para evitar confrontar el momento presente, asegurándonos de que “ya pasará”… y es así. Pero lo mejor es que estemos conscientes para aprender de dicha experiencia y que lo utilicemos a nuestro favor.

Es inevitable refugiarnos en el pasado en algunas ocasiones, ya que nos sentimos protegidos con lo conocido. El problema ocurre cuando nos aferramos al recuerdo de lo que fuimos, sentimos, hicimos… Ante esta circunstancia, comparamos la actualidad con las experiencias pasadas, y nos impide apreciar la oportunidades del presente e incluso iniciar proyectos.
Por otro lado, fijar nuestros pensamientos en expectativas o en suposiciones de lo que podría ocurrir si realizamos tal actividad o si logramos equis meta, nos impide observar lo que contamos hoy, además de que si no se realizara nos llenaríamos de ansiedad, frustración y decepción.

Claves para vivir en el presente:

  • “Solo por hoy”, es la frase que se utiliza para las personas que están dejando una adicción, pero también podemos aplicarla todos cotidianamante, ya que permite un cumplimiento de metas a corto plazo y nos enseña a observar los pequeños detalles de la vida.
  • Tomar consciencia de las acciones. Conectarnos plenamente con la actividad que estamos realizando, no solo nos hará más eficientes y productivos, sino que genuinamente disfrutaremos lo que estamos haciendo.
  • Tomar un descanso cuando sea necesario, nos permitirá sentirnos menos saturados y apreciar el esfuerzo realizado hasta el momento. Así, tampoco confundiremos las ganas de renunciar con las de descansar.

La capacidad de adaptación resulta fundamental para poder valorar lo que se tiene y obtener los mejores resultados dadas las condiciones.

Conocer el camino

Conocer el camino

Lograr la madurez implica tres cosas: libertad de criterio, equilibrio emocional y asunción de la responsabilidad frente a las consecuencias de las decisiones. Lo que nos sucede es lo que merecemos, lo que sentimos es lo que decidimos, lo que logramos es lo que luchamos. Todo siempre está en nosotros y el exterior sólo es el camino para hacer realidad los proyectos no para justificar los fracasos.

Ahora bien, para lograr los tres elementos es necesario comprender las causas de nuestros miedos y nuestros traumas ya que estos son inconscientes y requieren salir a la consciencia para curar las heridas y fortalecer el carácter. Esa es la responsabilidad de los psicólogos clínicos: descubrir la oscuridad y mostrar el camino para encontrar la luz.