El espacio en la pareja

El espacio en la pareja

El espacio es importante en la pareja porque permite a ambas personas dedicarse tiempo a ellas mismas (trabajo, amistades, aficiones) sin descuidar a la pareja, convirtiendo un nuevo encuentro en algo satisfactorio, permitiendo nuestra propia realización y fomentando un modo más saludable de vida en pareja, el espacio individual de cada miembro de la pareja es imprescindible.

Muchas personas piensan que las verdaderas parejas deben hacerlo todo en común, que la felicidad está en no separarse en ningún momento y compartir un espacio único a cada instante, sin embargo, a largo plazo, no es sostenible, los celos son los principales enemigos del espacio personal, para mantener la salud mental y emocional hay que tener momentos de individualidad, de privacidad, para mantener lo que nos caracteriza y que también nos hace felices.

Permitir que cada uno disponga de su espacio personal, es sin lugar a dudas una muestra de amor, confianza y complicidad, si somos felices como personas, seremos felices en pareja, pero si estamos frustrados porque no hacemos lo que deseamos, o porque la otra persona siente celos o desconfianza, solo aportaremos infelicidad a nuestra relación.

¿Los celos son amor?

¿Los celos son amor?

Este sentimiento no es exclusivo de algunas personas, de alguna manera todos hemos sido víctimas de conductas que rebasan la normalidad provocadas por los celos: revisar los documentos de otras personas, espiar el celular de la pareja o incluso tener peleas ocasionadas por los mismos. Quienes sienten celos, sufren este estado que oscila entre la ansiedad y el enojo, y que muchas veces puede hacerles perder el control. Suelen desconfiar de la inocencia del otro, incluso si no tienen ninguna evidencia, sospechan de cualquier movimiento y se les dificulta derrocar las ideas que ya se han creado en su mente. Y no disfrutan ninguna de estas instancias: los celos los rebasan. Una pareja no es la única relación que puede lastimarse por este sentimiento, también afectan interacciones familiares o amistosas. Nadie se salva de sentir celos ni de ser celado.

En un nivel más profundo, expresan miedo por perder a la persona amada, y van de la mano de una dificultada para demostrarlo asertivamente, de manera que en la mayoría de los casos pueden terminar manipulando, lastimando o discutiendo con la persona en cuestión. Ante los celos, es necesario distinguir la preocupación genuina de un pensamiento patológico y obsesivo. Los persona que siente celos, también denota baja autoestima, porque da a entender que no se siente suficientemente valioso para el otro como para ser permanecer junto a la otra persona. Por ello, la inseguridad en uno mismo genera la necesidad de controlar al otro, seguros de que podríamos perderlos porque no somos merecedores de su compañía. Y muchas veces, se organiza una dinámica viciosa en la que la otra persona interpreta los celos como mensajes “amorosos” que los confunden y les impiden ver con claridad que han perdido parte de su libertad.

La cura inicia cuando la persona que padece los celos empieza a dudar de la salud de su comportamiento, y es capaz de admitir que lo desestabiliza. Ante esta situación, es necesario encontrar el origen de los celos con la ayuda de un psicólogo para saber cómo canalizarlos adecuadamente. Además, es muy importante identificar qué dispara los celos, asó como la intensidad y frecuencia para reconocerlos como una enfermedad. La comunicación y la confianza en la otra persona es fundamental para poder sobrellevar una relación. Al reconocer que el problema se desprende de uno mismo y no del comportamiento del otro, así como saberse merecedores de afecto dirige al dominio de este sentimiento.