Cortisol, la hormona del estrés

Cortisol, la hormona del estrés

Considerada por la comunidad científica como la hormona del estrés, nuestro cuerpo la produce ante situaciones de tensión para ayudarnos a enfrentarlas, la liberación de esta hormona está controlada por el hipotálamo en respuesta a situaciones estresoras y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.

Mediante nuestra forma de pensar, creer, y sentir podemos condicionar nuestros niveles de cortisol, la evidencia científica demuestra que al modificar nuestros pensamientos en cierta manera estamos modificando la actividad bioquímica de las células de nuestro cerebro, de hecho, la Universidad de Harvard realizó un estudio donde demostró que un nivel moderado de cortisol es clave para el bienestar humano.

Una dieta nutricional más variada y equilibrada, ayuda a regular los niveles de esta hormona debido a que una disminución en la ingesta calórica puede aumentar los niveles de cortisol, además, incluir en nuestra rutina ejercicios de relajación y meditación reduce el riesgo de experimentar estrés crónico, así lo ha concluido un estudio de la Universidad Estatal de Ohio.

Verdades sobre la psicoterapia en línea

Verdades sobre la psicoterapia en línea

Antes de la pandemia muchos psicólogos y pacientes se daban el lujo de cuestionarse si era o no rentable dar sesiones a través de las pantallas. Hoy no es una opción. Quienes quieren continuar o iniciar un tratamiento requieren hacerlo a través de las herramientas que internet nos provee: resulta incierto cuándo retomar una psicoterapia cara a cara. No sólo nos sometemos ante las inclemencias del virus, sino que también transformamos nuestra manera de trabajar. Y a partir de esta “crisis” lograremos replantear la comodidad de trabajar en línea.

Honestamente, ¿sirve la psicoterapia en línea?

Sí. Tiene prácticamente la misma efectividad que un tratamiento normal, siempre y cuando tanto el psicólogo como el paciente estén comprometidos y su relación terapéutica funcione (lo que es fundamental en cualquier proceso). La limitación existe en cuanto a casos excepcionales que requieran atención psiquiátrica más compleja. Pero, es posible tratar afecciones menores, aún que impliquen fármacos, que son las más comunes.

¿Qué ventajas tiene?

Además de que evita el tiempo y el costo de traslado, por lo general el rango de precios es más barato que una terapia presencial. Por ello, es más fácil seguir el tratamiento y lograr los objetivos del paciente. Además, tiene la ventaja de ser accesible a personas con limitaciones físicas o con dificultades de movilidad.

¿Y los contras?

Lo primero es que es necesaria una conexión suficientemente eficaz a Internet y una plataforma cómoda para ambos. Es cierto que se pierde en cierta medida el lenguaje no verbal, pero los psicólogos suficientemente ávidos son capaces de traspasar esta barrera.

Entonces, ¿vale la pena?

Definitivamente. Más que por los beneficios que ofrece a favor de los pocos contras, porque está ocurriendo una revolución a nivel social que nos invita convertir a la tecnología en nuestro aliado. No nos quedemos fuera de la evolución.

Porqué deberíamos probar la psicoterapia

Porqué deberíamos probar la psicoterapia

“Yo no necesito ir a terapia”. “No voy a pagar para que alguien me diga qué debo hacer”. “No tengo ninguna enfermedad”. Estas son frases que comúnmente escuchamos al mencionar la palabra “psicólogo”. Pero en realidad, estas ideas revelan los estereotipos que tenemos implantados en nuestras mentes. La psicoterapia no es exclusiva para la gente “enferma”, sino que es para aquellos que quieren enfrentar y resolver sus conflictos. Es para quienes desean cambiar sus circunstancias de vida, y saben que para hacerlo deben modificar el factor común: uno mismo.

A veces somos capaces de ocultarnos la verdad de lo que sentimos porque somos muy duros con nosotros mismos o no estamos listos para entendernos. En ocasiones podemos no querer enfrentar nuestras emociones porque nos han enseñado que son “malas”. En el espacio terapéutico nos es permitido sentir el amplio rango de emociones al que tenemos acceso como seres humanos. Aquí, tenemos permiso de sentir tristeza, enojo y cualquier otro sentimiento. No se trata de sólo ser felices, sino de integrar todo lo que ocurre en nuestro ser.

En la psicoterapia reproducimos nuestra conducta, y tener un profesional capacitado es esencial, ya que es el psicólogo quien refleja nuestros comportamientos y pensamientos, permitiéndonos observarnos desde otra perspectiva. Ningún deportista, músico o artista ha logrado alcanzar su máximo potencial sin un entrenador. Estar en contacto con un terapeuta nos permitirá entendernos y lograr la mejor versión de nosotros mismos.

Ya no tratemos de resolver problemas profundos con soluciones superficiales. Como cualquier transformación y cura permanente el resultado de asistir a psicoterapia toma tiempo. Pero de pronto será posible valorar que el entorno personal ha mejorado: la manera de relacionarse con los otros, la productividad en la vida, mayor cantidad de momentos para disfrutar, pero sobre todo, la manera en la que nos tratamos a nosotros mismos. Te darás cuenta de que te hablas con mas amor, te respetas más y sientes menos miedo. Y nuestro bienestar genera una reacción en cadena que se refleja en la gente que nos rodea.

Aprovechemos nuestra flexibilidad neurológica para mantener nuestra salud mental. En el lugar de pensar que no hay nada que trabajar, hagamos buen uso de ese tiempo para entendernos. Detectemos nuestros roles, patrones y comportamientos que nos llevan siempre al mismo resultado. Siempre es un buen momento para empezar a conciliarse con uno mismo.

Ser Inquebrantable

Ser Inquebrantable

A veces porque no nos es posible por factores ajenos a nosotros, pero muchas otras porque hay factores emocionales que no nos lo permiten, factores como el miedo, la pereza, el escepticismo, la inferioridad, la rabia, el orgullo, etc.

Por ejemplo, la meta de tener una relación de pareja armónica a veces es coartada por el orgullo, los celos o la rabia; la meta de emprender un negocio en ocasiones es coartada por el miedo, el escepticismo o la ignorancia, la meta de tener un cuerpo atlético es coartada por la pereza, la desconfianza o la falta de voluntad en una dieta; por mencionar algunos.

Todos los seres humanos deseamos calidad y nivel de vida, pero esta calidad y nivel de vida dependen completamente de nuestra forma de pensar. Todo lo que sentimos y todo lo que entendemos acerca de la existencia, del prójimo y aún de nosotros mismos no es más que una interpretación normalmente equivocada, normalmente falsa, que depende directamente de nuestro nivel de inteligencia, si usted piensa bien su vida está bien, si usted piensa mal, su vida está mal, de tal forma, que la prioridad en la vida de un individuo debe estar enfocada más que al triunfo económico, estético y social, al desarrollo de su propia inteligencia y del orden lógico de sus pensamientos, de esta forma tanto el nivel como la calidad de vida en un ser humano será solo una consecuencia de su nivel intelectual. (Martín Aparicio)

Ser resilientes

Ser resilientes

Oprah Winfrey sufrió durante su infancia de abuso, maltrato y carencias. Hoy es una de las personas más respetadas en el mundo: Posee empresas de millones de dólares y es reconocida como una de las mujeres filántropas más influyentes. No sólo eso, también busca la manera de ofrecer recursos a la sociedad -en todos los niveles- para vencer barreras y enseñarles a tener una vida satisfactoria. Su dolorosa historia le ofreció herramientas para salir adelante, incluso más alto que la mayoría de la población mundial.

Nelson Mandela, antes de convertirse en presidente de Sudáfrica, estuvo preso por más de 25 años sometido a argumentos equivocados, siendo víctima de la injusticia del sistema penal. Al retomar su libertad, no sólo se convirtió en el dirigente más emblemático de su país, sino que demostró ser un digno embajador de los derechos humanos. Hoy gozamos de los privilegios por los que él lucho de manera pacífica sólo por nuestra condición de seres humanos.

J.K. Rowling tiene pocos recuerdos felices de su infancia y adolescencia. Múltiples cambios de residencia y la enfermedad de su madre, la orillaron a permanecer con una pareja que abusaba de ella. Se sentía, literalmente, un fracaso. Después del éxito que tuvo con los libros de Harry Potter (y sus respectivas películas y secuelas), se convirtió en billonaria; estatus al que renunció al donar gran parte de su fortuna a la caridad.

Si bien la habilidad de ser resilientes se le suele festejar exclusivamente a personas que son reconocidas a nivel internacional, es cierto que todos poseemos esa capacidad. Ni es necesario tener un renombre mundial, ni sobrevivir situaciones extremas para demostrar nuestra capacidad de salir adelante y vencer obstáculos. El resultado se demuestra de acuerdo con nuestra interpretación de los eventos: para algunos una ruptura amorosa puede ser devastadora, para otros un desastre natural y para todos una crisis económica. El impacto que tenga cada experiencia en nuestra historia y cómo la vivamos puede proveernos el impulso para salir adelante. La resiliencia es, más que una destreza, una necesidad de adaptarse y aprovechar la adversidad para crear ventajas. Ser resilientes no implica negar que existe un problema o los sentimientos que lo acompañan como miedo, tristeza o ansiedad; sino saber que existe luz al atravesar este camino tan complicado/empinado/incómodo/ doloroso. Es una cuestión de elección.