Como consecuencia de esta, se desencadena un proceso de duelo, con sus fases típicas que hay que elaborar y superar, las fases del duelo, son la negación, la ira o enfado, la negociación, la depresión, y la aceptación, estas etapas no se desarrollan de forma secuencial y ordenada, sino que se pueden entender como un modelo de gestión del dolor y de la pérdida por el que cada persona va transitando.
Para suavizar las consecuencias negativas de la ruptura, lo primero es fortalecer hábitos y rutinas saludables; es un principio básico pero absolutamente fundamental cuidar la alimentación y el descanso, y hacer algo de actividad física, lo siguiente podría ser poner en orden las prioridades sin dejar de lado lo que necesitas tú y lo que es verdaderamente importante para ti, es el momento de dedicarte un tiempo y plantear cosas que quedaron relegadas para otro momento.
Vuelve a definirte como persona, evita aislarte y alimentar sentimientos de soledad y abandono, aprende a confiar más en ti, a darte cuenta de que tú eres para ti la persona más fiable.
0 comentarios