Sudoración, pensamientos irracionales y ansiedad extrema son algunas de las sensaciones que generan este trastorno detonado en apariencia por situaciones u objetos sin importancia.
Pero, ¿qué se esconde detrás de las fobias?
Las fobias se caracterizan por ser una reacción desmedida ante un estímulo que es inofensivo y que no pueden manejarse de manera racional. Es por ello que quienes las padecen pueden actuar de manera irracional y desmedida ante circunstancias que nosotros no veríamos como amenazantes. Al detectar el peligro reaccionamos instintivamente para preservarnos, pero cuando la reacción es excesiva deja ser un instituto de supervivencia para convertirse en un problema. Las personas que las padecen están conscientes de que su reacción es exagerada, pero no pueden controlar dichos brotes.
Ante esta situación, resulta necesario definir a el origen de dicha reacción, que puede variar de persona a persona. El miedo está condicionado, en gran medida, por situaciones experimentadas en el pasado, que de manera consciente o inconsciente pueden dejar un rastro en el presente. Es decir, las fobias son desencadenadas por eventos que en su momento resultaron traumáticos, pero no es posible definir siempre de manera consciente. El miedo, a su vez, tiene la función de alejarnos del peligro. Las manifestaciones de las fobias son similares a las del estrés, y cualquier intento racional por contrarrestarlas resulta inútil. De esta manera, la vida cotidiana resulta profundamente afectada. Incluso, las fobias pueden ser desatadas por pensamientos aunque no hayamos tenido que enfrentar la experiencia traumática.
Vencer una fobia requiere de un trabajo en equipo con un psicólogo que ayude a rastrear el origen del pavor desmedido y pueda proveer estrategias. Asimismo, es necesario contar con la motivación suficiente para vencerlo, puesto que evitar el estímulo refuerza el miedo.
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