Esto constituye el primer elemento sobre el que se construye cualquier aprendizaje, ya que supone la primera etapa del desarrollo de las funciones cognitivas básicas (atención, memoria) y permite el desarrollo de las funciones cognitivas superiores (resolución de problemas, razonamiento, lenguaje y creatividad).
Los padres y madres brindan naturalmente diversos estímulos al bebé y al niño pequeño mientras lo bañan, lo visten, lo alimentan, los llevan de paseo y nombran los objetos o partes del cuerpo; sin embargo en algunos casos no resulta suficiente y es necesario trabajar con estímulos en forma planificada y sistemática, cuando se trata de favorecer el desarrollo del lenguaje oral y escrito, la estimulación sensorial resulta extremadamente beneficiosa ya que aporta información diversa que luego se convertirá en conceptos, ampliando el vocabulario y la comprensión.
Una estimulación sensorial a edad temprana facilitará un mejor aprendizaje de los niños.
0 comentarios