Estos lugares o situaciones pueden incluir el salir sólo de casa, manejar sin compañía, salir de noche, estar en lugares alejados de casa, estar en lugares con aglomeraciones de gente como recitales, transporte público o un paseo peatonal muy concurrido, entre otras múltiples posibilidades.
La agorafobia tiene una prevalencia anual del 0,3%, esta patología suele comenzar habitualmente en la adolescencia tardía y en los primeros años de la tercera década de la vida, afecta principalmente a la mujer, siendo la distribución por sexos de 2:1 en relación con el varón, cuanto antes aparezca la enfermedad, mayor será la carga genética y peor la evolución, por lo general, esta patología tiene un carácter crónico, aunque con una intensidad muy variable a lo largo de la vida del afectado.
El tratamiento contra la agorafobia incluye un programa de psicoterapia que además de conocer los factores que llevan a las crisis suele incluir terapia de confrontación para enfrentar y tolerar los síntomas que las desencadenan.
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