La mayoría de la población mundial se enfrenta a circunstancias extremas que no había experimentado antes: limitación de movilidad, normas estrictas, condiciones de salud amenazantes, restricciones en las compras, encierro “involuntario”. Cada día nuestra salud mental se siente más amenazada, ya que no podemos retomar la rutina que habíamos logrado construir. Y, peor aún, la ansiedad nos invade si no sabemos cuándo cambiarán las circunstancias. Los medios nos invaden con negativismo o burlas, respuestas contradictorias y teorías conspirativas. Mientras tanto, ¿qué hago conmigo?
Viktor Frankl fue un reconocido filósofo y psiquiatra durante la década de 1920. Fue creador de la logoterapia, corriente de la psicología que se enfoca en definir, desde los deseos internos del paciente, un sentido y dirigirlo a su encuentro por medio del análisis personal. Sus aportaciones al área del desarrollo humano se vieron detenidas en 1942, cuando fue capturado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Durante tres años fue trasladado de un campo de concentración a otro en condiciones deplorables: famélico, colmado de incertidumbre, minimizado e incluso desprendido de su propia humanidad debido al maltrato de los soldados. En 1945, al término o de la guerra, es liberado de su desgracia, y trata de encontrar a sus familiares. Al descubrir que ninguno pudo sobrevivir, comienza a darle forma a su libro El hombre en busca de sentido, obra que ha trascendido para el desarrollo personal de muchas maneras.
En su libro explora las diferentes etapas de sus emociones, de su soledad y preocupación por la humanidad al haber sido víctima de los soldados nazis. Así, logra fortalecer su teoría de la logoterapia. Lo más trascendental es, según su legado, que logró encontrar el sentido de su propia vida en condiciones infrahumanas: “Diario, a todas horas, se ofrecía la oportunidad de tomar una decisión, decisión que determinaba si uno se sometería o no a las fuerzas que amenazaban con arrebatarle su yo más íntimo, la libertad interna”, menciona Frankl en su libro. Él fue capaz de elegir el sentido, y nos demuestra que todos podemos hallarlo en cualquier circunstancia.
“Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros”, Viktor Frankl, padre de la logoterapia y sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial.
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