Lograr la madurez implica tres cosas: libertad de criterio, equilibrio emocional y asunción de la responsabilidad frente a las consecuencias de las decisiones. Lo que nos sucede es lo que merecemos, lo que sentimos es lo que decidimos, lo que logramos es lo que luchamos. Todo siempre está en nosotros y el exterior sólo es el camino para hacer realidad los proyectos no para justificar los fracasos.
Ahora bien, para lograr los tres elementos es necesario comprender las causas de nuestros miedos y nuestros traumas ya que estos son inconscientes y requieren salir a la consciencia para curar las heridas y fortalecer el carácter. Esa es la responsabilidad de los psicólogos clínicos: descubrir la oscuridad y mostrar el camino para encontrar la luz.
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