Esto se traduce, entre otras cosas, en que una persona con demencia frontotemporal cambia su forma de ser, sus comportamientos y las preferencias que le han caracterizado a lo largo de toda su vida.
La demencia frontotemporal tiene un curso progresivo a lo largo del cual se observa un deterioro de los lóbulos frontales y temporales del cerebro, sin embargo, en fases más avanzadas la degeneración se extiende por otras áreas cerebrales, generando unos síntomas que pueden solaparse con otras formas de demencia, es por esto que cobra gran importancia la realización de un buen diagnóstico diferencial por parte de especialistas.
La demencia frontotemporal a diferencia de otras demencias, suele aparecer entre los 50 y 60 años, siendo el tipo de demencia más frecuente en adultos menores de 65 años, además, el hecho de ser una demencia de inicio temprano implica que la persona adquiere relativamente pronto una situación de dependencia que puede continuar durante un largo periodo de tiempo.
0 comentarios