Tiene como propósito mejorar el funcionamiento de las parejas que experimentan malestar o insatisfacción con la relación, ese malestar puede provenir de multitud de factores y situaciones, como habilidades comunicativas insuficientes, incompatibilidad, trastornos psicológicos, violencia doméstica, entre otros.
Es preciso identificar el origen de esa insatisfacción e implementar un plan de tratamiento para aliviar los síntomas y restaurar la relación, la terapia de pareja y la terapia sexual suelen a menudo ir de la mano, los pacientes deben tener en cuenta que proveer la información necesaria, asumir el compromiso, cooperar, y tener un sincero deseo de cambio y mejora son esenciales para que el tratamiento sea exitoso.
Como en todas las terapias la eficacia depende de muchos factores, depende del tipo de terapia, de la habilidad del terapeuta, del compromiso de los pacientes y de factores externos a la terapia, el resultado puede ser muy variable, la tasa de éxito suele encontrarse en el 70%, por lo que se considera que sí es útil.
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