Desarrollar la Inteligencia Emocional en los niños es imprescindible e importante por varios motivos, algunos de ellos son:
Les ayuda a gestionar las emociones dolorosas: aprender desde los primeros años de edad a gestionar adecuadamente experiencias como la frustración, la decepción y la tristeza, permitirá que los niños no desarrollaren patrones de comportamiento disfuncionales.
Les permite conectar con los demás: al comprender mejor los estados emocionales y las motivaciones de las personas con que interactuan diariamente, los niños generarán círculos de amigos estables, en los que no surjan una y otra vez problemas de comunicación, conflictos y enfados.
Les ayuda a alcanzar sus metas: incorporar ejercicios de Inteligencia Emocional en la crianza hace que los niños vayan dándose cuenta de que muchas veces no tienen que esperar a que la emoción adecuada surja espontáneamente de ellos, sino que se pueden auto-inducir determinados estados psicológicos que les ayuden a realizar tareas.
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