Cuando sentimos alegría, nuestra respiración es profunda y lenta; en cambio, cuando estamos ansiosos, con miedo o enojados, la respiración se acelera y se torna más corta e irregular.
Cuando empleamos la RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA se activa el Sistema Parasimpático, responsable de la sensación de paz y tranquilidad, permitiéndonos regular las emociones desagradables.
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